top of page

 

Las Derrotas

We think like an island.
We are both our bodies and the water that we resist.
 

        Himali Singh Soin

Navegando entre cartas de navegación medievales, abstracciones del paisaje, verdades coloniales e islotes que surgen del fondo del mar,  la artista y cineasta Sumie García nos lanza una provocación: ¿cómo comenzar a buscar una isla que no existe? ¿Cómo representar un territorio fantasma? A través de ejercicios fotográficos con bordados, vídeo e imagen fija, la artista constata una y otra vez que los mapas, si acaso cuentan con alguna certeza, es que no hay tal.

 

El trabajo de Sumie García lleva un tiempo explorando el aparato mitológico, imaginario, mediático y colonial de la isla Bermeja; un islote fantasma representado en diversos documentos históricos que lo localizan a más de 100 kilómetros del noroeste de la península de Yucatán. Pese a haber encontrado un lugar en los mapas, su ausencia se ha llegado a especular como un error cartográfico, una teoría conspirativa que involucra a la CIA dinamitando esta tierra o al hundimiento de la isla debido al derretimiento de los casquetes polares. 

 

Entre estas especulaciones y desdobles de visibilidad e invisibilidad, aparece Las derrotas; una serie de ejercicios que apelan al carácter fantasmal del territorio, pero también a las posibilidades de la imagen, de sus representaciones y las narrativas en las que nos encontramos atrapados. Utilizando la estética de cartografías portuarias de los siglos XIV y XV, Sumie crea islas-nube, islas-viento, islas-ola, trazando rutas para buscar un territorio que se rehúsa a aparecer no sólo porque no está en ninguna parte, sino porque está habitada por fantasmas que nos recuerdan que las islas pueden o no suceder; que los mapas dan cuenta de una visión muy fragmentada de la realidad, y que los mundos que habitamos son más ficticios que reales.

 

Pero la derrota que propone Sumie supone una doble lectura más allá del fracaso que implican los mapas. Cuando se trata de una navegación marítima, se traza la ruta que se intenta seguir, sin embargo, el trayecto que en realidad se sigue, debido a corrientes, vientos o errores instrumentales se llama derrota. Así, estas imágenes se tornan en una especie de búsqueda política y poética sin rumbo fijo. Un hechizo para encontrar territorios perdidos; lugares que se extravían en la costa insoslayable de una isla a la distancia. 

 

Aceptar la derrota es seguir la ruta como quien ha perdido el rumbo y se deja llevar por la marea. Ese rumbo también es destino, una práctica ritual donde la imagen y el bordado nos invitan a concebir otros tipos de islas.

 

Helena Lugo

     

bottom of page